Vivir intensamente no es saltar en paracaídas, no es ganar el triatlón más duro, no es correr a 300 km/hora en un peligroso rally, ni nadar entre tiburones… vivir intensamente es apasionarte con tu vida. Ya puede ser construyendo casas de palillos, pintando, leyendo, bailando, caminando, viendo series, escribiendo en el Facebook… ya puede ser dónde sea, pero apasionadamente.
Y esta última semana he vivido mis pasiones con intensidad, las mías, pero también las de otros. La Feria del Libro de Ceuta me ha permitido profundizar en la amistad de muchas personas, ver la luz en otras, admirar la sonrisa de quienes veían sus sueños cumplidos al presentar su libro, la curiosidad de los más pequeños al contemplar emocionados los cuentos que le llevábamos a sus colegios, la magia en la mirada de los profesores, que desean transmitir conocimiento pero sobre todo una forma de ver la vida… he conocido el esfuerzo de los libreros por hacer que la palabra se haga vida, las ganas de muchos empleados públicos por llevar a los ciudadanos formas de entretenimiento y de cultura…
Ha sido la primera feria de Avant como editorial, no mía como autor. Y la recompensa emocional para mí ha sido infinitamente mayor, pues a mi propia alegría al firmar a mis lectores, se ha unido la de los escritores de la editorial y el resto de nuestro equipo, estuvieran o no en la feria. Tendría que dar las gracias a tanta gente que no habría espacio en mi blog.
Primero a los lectores, que hoy tienen más de 150 ejemplares de nuestra editorial que antes estaban en estanterías o en cajas, y ahora cuenta con vida porque sus lectores se la van a proporcionar. Gracias a quienes llegasteis por casualidad y os fijasteis en una portada, gracias a quienes vinisteis porque conocíais al autor, gracias a quienes nos pedisteis que os recomendásemos un libro, a todos…
Gracias a Alma, nuestra vendedora eficiente, guapa como ella sola y siempre solícita a ayudar. Sin ella no habríamos podido hacer tantas cosas. Gracias a Tamara García Castro. Nunca dejaré de hacerlo. Tuve la suerte de descubrirla como pintora, después como colaboradora de la editorial, y ahora como amiga. Sin ti, pintora, tampoco hubiera sido lo mismo.
Y a mis escritores. A todos, los que no estuvieron, pues los tuve presente con sus libros. A quienes estuvieron, pues nos acompañasteis e hicisteis que todo valiese la pena. Desde María Rebollo, que se desplazó desde Madrid (¡Bravo!), a María Sánchez Miaja, Jose Antonio Carracao, Jesús Porteiro, Carmen Fuentes, Clara González, Andrés Fernández… El año que viene os espero.
A la Ciudad Autónoma y a la Biblioteca. No sé cómo lo hacen en otras ciudades, en Ceuta se portaron fenomenal. Casi me quedo a vivir en la Biblioteca de la Ciudad, jeje. Gracias Mabel Deu, Isabel Rico, Nieves Cruzado, y a José Antonio Alarcón y su equipo de la biblioteca, comenzando por Dolores, a la que queremos mucho en la editorial.
Y a los libreros, auténticos protagonistas de la Feria. Africa de África Totem, Minu de Librería Krispi, Jose de Papelería Sol… La cultura ceutí os debe mucho.
Una persona me dijo una vez que veía luz en mí, y yo le dije que solo veía su reflejo. En esta feria he sentido ese reflejo. Gracias un millón…