Hace algún tiempo me llamó la atención una entrevista que escuché en la radio. El autor de una novela recién publicada hablaba con el locutor sobre el hecho de que en su obra se plasmara una situación que la imparable actualidad acababa de confirmar: una Al-Qaeda sin la presencia de Bin Laden. El presentador radiofónico (quizá Carles Francino, quizá Luis Herrero… quizá ambos) se sorprendía y con su tono marcaba lo que de acontecimiento tenía el hecho de que alguien sacara al mercado una novela que, apenas unas horas después de la muerte del líder de Al-Qaeda, se descubría con una trama que actualizaba el panorama en Oriente dentro de una historia de ficción.