Supongo que se debe a que tengo una niña de ocho años, aunque si no la tuviese, me recorrería la misma mala leche al sentir la impotencia de conocer que en mi barrio, o en el barrio de al lado o en mi misma ciudad, es igual, hay un hijo de puta enfermo secuestrando niños. El caso es que no puedo quedarme impávido ante estas circunstancias. Ya son tres las niñas secuestradas. Ya son tres las ocasiones en que ese hijo de puta ha tenido en sus manos a tres inocentes, y una cuarta en la que lo intentó y no pudo. ¡Y no podemos consentirlo! No estoy dispuesto a quedarme quieto cada vez que publican una noticia al respecto en los periódicos. Por mi hija, por las hijas de todos los demás padres, por mi propia conciencia.
¡Basta ya! Es momento de que todos los madrileños, todas las personas que viven en la zona, estén especialmente atentas para cazar a ese hijo de puta cuanto antes. Dicen que es moreno con canas y podría tener entre 35 y 40 años de edad, tiene flequillo, podría vivir en la zona donde realiza los secuestros, y conduce un coche pequeño y de color gris; y este enfermo aprovecha el despiste de padres o abuelos para acercarse a los menores.
La policía ha creado un dispositivo para localizarlo, pero hasta el momento parece que no está dando resultado. De modo que la colaboración ciudadana es fundamental. Debemos mantener los ojos bien abiertos, debemos vigilar constantemente no solo para evitar nuevos secuestros, que también, sino para además localizar a este enfermo y ponerlo entre rejas lo antes posible. Tenemos que hacer algo para proteger a nuestros pequeños antes de que sea demasiado tarde.
Entre otras cosas, hay que evitar dejar a los menores solos en lugares muy concurridos como cines, parques, ferias, circos, conciertos, salas de máquinas recreativas o en lugares donde venden comida rápida. También se ha de evitar dejar a los niños solos en el automóvil, ni por poco tiempo, y acompañarles a los baños cuando estén en un lugar público, llevándoles hasta el interior y esperándoles dentro.
Tenemos que enseñar a nuestros hijos que si se pierden en un centro comercial, no deben abandonar el lugar bajo ningún concepto, ni solos ni, mucho menos, con desconocidos, y que deben acudir lo más rápidamente posible a un vigilante de seguridad o una cajera/o o vendedora/o.
Es importante que no atiendan a ningún desconocido si se le acerca para hacerle alguna pregunta: los adultos deben preguntar información a otros adultos.
Farmacias
Por otro lado, en las farmacias han de estar muy atentos. En los tres primeros casos, el enfermo pederasta utilizó Lorazepam, un ansiolítico que se utiliza en casos de insomnio o de ansiedad y como relajante muscular, que no está recomendado para menores de 12 años y no se puede adquirir sin prescripción médica.
De modo que es muy importante que los farmacéuticos presten especial atención a quienes acudan a sus establecimientos para comprar este medicamento, sobre todo si es un hombre de entre 35 y 40 años.
Esta son algunas de las noticias publicadas al respecto.