La trama es trepidante, muy cambiante, con mucha acción, una mezcla de la escritura de James Rollins y Steve Berry y, lo advierto, no es excentricidad el sacar a colación los nombres de los dos escritores americanos, no…, los saltos de escenario, los magníficos detalles y las muestras de un conocimiento profundo de «secretos» históricos y actuales por parte del novelista me llevaban continuamente a pensar en ellos mientras leía «El Manuscrito de Avicena».