Algo se muere en el alma cuando un amigo se va… ¿Y en Internet? Parece que las páginas web, y sobre todo las redes sociales, son cada día más un cementerio de seres humanos que ya no están entre nosotros pero que, en Facebook, aún pueden cumplir años, enviar sugerencias de amistad y a quienes aún puedes invitar a eventos.
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A mí me sucedió una anécdota interesante y no muy vista. Tenía un amigo español que se marchó a vivir a New York. Allí disfrutó enormemente de su vida. Al cabo de 3 años de vivir a tope y conocer el mundo con muchísimo dinero tuvo un tumor maligno en la cabeza. Él era actor y modelo y prefirió morirse sin hacerse nada antes que quedarse calvo o paralítico o tetrapléjico si le operaban porque era casi inoperable.
Y se murió. Que descanse en paz. Un buen día su pareja puso su cuenta a mi disposición porque así había sido ordenado por el interesado. Quería que yo la tuviera en mi poder. Y con qué fin? Y para qué? Lo ignoro.
Lo único que hice fue desde su propia página hacer un panegírico de su vida y comunicar a todos sus amigos que se había muerto. Me descargué las fotos de su perfil y di la cuenta de baja. No le conocí ningún familiar ni él me habló más que de una madre en un pueblito pero con la que no se llevaba.
Eso es todo.
Un abrazo, Ezequiel.
Interesante anécdota, efectivamente. No la había visto hasta ahora, pues en estas fechas y con tanto movimiento a veces no se centra uno mucho. Gracias por tu participación Ricardo.