A. M. Caliani
Lo primero que has de tener claro es que quieres publicar. He dicho publicar, no escribir. Escribir lo hace todo Cristo. Publicar solo unos pocos. Así que si quieres estar entre los elegidos, deberás planificar con acierto qué vas a plasmar en esa pantalla en blanco de Word que tienes delante de ti.
No vas a escribir para ti mismo. Tu público te espera ansioso, pero antes deberás pasar uno o dos filtros más exigentes aún que esas masas enfervorecidas que en tu imaginación forman colas para que les firmes tu primer best seller: el agente y el editor. ¿Qué quiero decir con todo esto? Que más te vale que lo que vayas a escribir sea del agrado de un buen sector del público, o tu manuscrito quedará relegado al olvido o abocado a una autopublicación en la que probablemente palmes pasta porque lo que le pasa a tu historia, en realidad, es que carece de interés. No es vendible.
Regla número 1: que tu historia sea de interés para terceros. Nadie te conoce. Al lector le importa un huevo tu momento personal, y le da lo mismo que te toque la lotería o que te metas una granada de mano por el culo y tires de la anilla. Mientras no tengas un nombre en el panorama de la literatura, no eres absolutamente nadie. Así que más te vale que tu primer trabajo sea una obra que al menos haga alzar las cejas a un agente o a un editor. Ese es tu primer reto.
A no ser que tengas una idea grandiosa de esas que sabes que van a vender en cualquier tiempo y/o espacio, estudia el momento en el que te mueves. A mí llegaron a decirme que por qué no escribía una novela de vampiros (estaba en pleno auge la movida de «Crepúsculo», claro está) o por qué no cambiaba mi nombre por un seudónimo sueco (por eso de «Millenium»). Suena surrealista, pero el mercado es así. Yo me negué a ambas cosas, y me costó dos años encontrar agente y otro más editor. No me malinterpretes: no te pido que prostituyas tu prosa, pero si hay algún tema de moda en ese momento en el que te sientas cómodo, adelante. Los editores están acechando oportunidades, así que proporciónaselas.
Todo lo que he escrito más arriba parece una perogrullada —y probablemente lo sea—, pero os sorprendería saber cuántos escritores intentan publicar una primera novela acerca de un tema aburrido, intimista, basada en sucesos personales que no interesan a nadie, con fuertes cargas emocionales que son incapaces de transmitir por su novatez. El editor quiere vender, y si no vendes, estás cadáver.
Así que ya sabes: busca un tema interesante y plantéate esa primera novela como un ariete para abrirte paso entre agencias y editoriales, y empezar a hacerte un nombre.
En la siguiente entrega te hablaré de lo que ya mencioné en mi primera publicación en este blog: de la importancia del entrenamiento como escritor. Si no estás en forma, no alcanzarás una calidad mínima para publicar.
Hasta pronto.
Próxima entrega: entrenando.
El autor del post
A.M. Caliani nace en Ceuta, en 1963. En los 80 escribe en calidad de redactor en las hoy desaparecidas revistas«Staffel» y «Star Kits», así como algún trabajo esporádico como colaborador en«Modelismo e Historia». En la segunda también publica tiras cómicas, aunque pronto relegará las historietas a un recuerdo del pasado.
Además de novela, escribe relatos cortos. Uno de ellos, «El caballero del viento», le hace merecedor del primer premio en el Certamen de la Librería Tótem de Ceuta, en 2008. En noviembre de 2011, pasa a formar parte de la web Paraíso Cuatro (www.paraiso4.com), después de presentar su relato «Whiskeyman» para el especial de Halloween de ese mismo año, «Bajo el eclipse». Desde entonces, publica en dicha web una o dos veces al mes.
Novela: El secreto de Boca Verde (Ediciones Lampedusa)
Relatos publicados:
2011
«Whiskeyman» (Antología digital «Bajo el Eclipse»,www.paraiso4.com)
«El caballero del viento», «La peor cena de mi vida» y «Recordando al héroe» (Antología digital «Relativamente»)
2012
«El taxista del infierno» (Antología «Camada», Ed. Mandala)
«El cuarto de Sonia» (Antología «Fantasmas, espectros y otras apariciones, Ed. La Pastilla Roja)
«Aisha Kandisha» (Antología digital «666», www.paraíso4.com)
«La última navidad de Todd Banning» (Antología «La hora de la bella y otras historias para leer en Navidad», Ed. Círculo Rojo # Seleccionado ganador del concurso)
«Cuenta pendiente» (Microrrelato, antología digital «Los 200 de Novela Negra», Artgerust)
Completamente de acuerdo, Maestro.
Gracias, Ricardo! 😀
La vida es como un sucedáneo del café, Caliani, si bebes mucho de ella acabas nervioso y excitado.
Si el sucedáneo es descafeinado, mejor a nuestra edad, Frank! Un abrazo, campeón! 😀
Excelente consejo, fruto de la experiencia. El tiempo enseña y muestra el camino, sin lugar a dudas.
Gracias, José Francisco. No es que tenga demasiada experiencia: tengo poca pero intensa, jajajajajaja. Un abrazo! 😀
Me ha gustado, y me ha dejado a cuadros lo de publicar una obra con un pseudónimo sólo por que estuviesen de moda las novelas policiacas tipo Millenium O_o ¿Y qué pasa si tienes éxito? ¿Que tienes que seguir publicando bajo ese nombre falso? Alucinante… Un saludo!!!
Gracias por tu comentario, blueyell. La gracia del tema es que yo hablo con cierto acento andaluz… así que imagínate el cachondeíto: «Yo me llamo Magnus Bergstromm… pisha». xDDDD
Vamos, ridículo a más no poder. Efectivamente, en esos casos te conviertes en un autor «fantasma» y o bien pasas a dar el salto y a publicar con tu nombre o te quedas entre cuatro paredes toda tu vida. Al final yo opté por potenciar mi segundo apellido, que es raro (Caliani) y convertir mi nombre y primer apellido en iniciales. Pero vamos, yo soy Alberto para los amigos. 😀
Gracias por tus consejos, me han ayudado mucho. Aunque consideró que el tema de que escribes te debes de sentir cómoda para que el escrito salga bien.
Un saludo:)
De nada, María. Está clarísimo que hay que sentirse cómodo con lo que uno escribe, pero si puedes sentirte cómoda en un género que esté pegando y es tu primera obra —por lo cual necesitas ese «punch» adicional de oportunismo—, arréale fuerte y verás cómo se te abren más puertas. Conozco autores (bastantes, además) que saltaron a la fama con un tema de moda, demostraron que eran buenos y ahora trabajan con el género que les gusta y con mucha más libertad. ¿Quién sabe si no habrían logrado publicar en caso de no haberlo hecho? Un saludo! 🙂
La sugerencia del seudónimo sueco tiene guasa, me da a entender que al editor le importaba más la firma que la historia, me parece bastante triste. ¿Dónde quedará el famoso «una rosa, con cualquier otro nombre, tendría el mismo aroma»? Pero bueno.
Gracias por los consejos, son un chute de realidad que siempre vienen muy bien 🙂
Un saludo! 🙂
Gracias a ti por seguirnos.