El sector turístico español ha tardado en darse cuenta pero parece que ya ha comenzado a recorrer el camino de la adaptabilidad. Y es que si es difícil la vida diaria para una persona con movilidad reducida, más aún lo puede ser durante las vacaciones en un entorno que no es el propio.
“Los centros comerciales se dieron cuenta hace tiempo”, señala la directora de la empresa Equalitas Vitae, Izaskun Benito. “No se trata sólo de discapacitados, hay un mercado muy importante formado también por ancianos con dificultad para moverse, embarazadas en los últimos meses de gestación o familias con carritos de bebé”.
En su opinión, los discapacitados ya pueden hacer casi de todo, aunque reconoce que aún hay mucho camino por recorrer. “Existen 17 normativas diferentes, una por comunidad autónoma”, pero en cualquier caso el potencial de este mercado es muy importante. “El sector se ha dado cuenta de que el turismo extranjero comienza a demandar alojamientos y establecimientos adaptados”.
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