Sin lugar a dudas Tolkien consiguió eso en primer lugar escribiendo solo una parte de un mundo gigantesco que habitaba en su mente y por otra, dotándolo de una metahistoria, concentrada en las palabras que lo definían, de modo que, sin ser nosotros lingüistas pero poseedores de la mínima experiencia que supone utilizar uno o más idiomas, la percibimos sin conocerla ni entenderla. Tolkien narró una historia y sugirió un universo y eso lo hizo con palabras que, con indiscutible criterio, se inventó. Seguir leyendo
Yo quiero ser protagonista, ¿y tú?
Para elegir un buen narrador prota debemos dotarle de mucha personalidad, de una personalidad muy clara. De su propia voz. Más incluso que en el caso de otros personajes, pues de que nos lo creamos depende que se sostenga la novela o no.
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