Trabajos que contaban sus últimas horas han visto en la crisis económica una segunda oportunidad. Pequeños talleres donde personalizan bicicletas, carpinterías artesanales que hacen muñecos de futbolín, talleres de costura reconvertidos en teterías y con máquinas de coser en alquiler… Negocios reinventados para no morir. Seguir leyendo