¿Qué pasa después de terminar tu primera novela?

Lola Piera

Llegó el momento de escribir la palabra FIN. Una palabra que libera ahora viene la segunda fase, ¿ahora qué? Yo recomendaría guardar la obra durante unas semanas en el cajón o en el pen drive. Olvidarse de ella, respirar y oxigenar la mente. Como un vino, dejarlo reposar en el lagar y que se decanten las impurezas  en el fondo.

Pasado ese tiempo, empezar a corregir. Lo mejor es hacerse una copia en papel, si es que se escribe en ordenador y armarse de rotuladores resaltadores fluorescentes y de post – it.

Corregir y corregir. Esta debe ser gramatical y de estilo. Revisar el fondo y la forma de la obra, es decir, que si hemos matado al Comodoro Smith en la página 45 que no salga tomando el té tan ricamente en la página 157. Ver que todo concuerda, que tiene sentido y que no hay ningún gazapo de bulto. Tras esta labor que es ardua y poco satisfactoria, yo personalmente recomendaría mandar el manuscrito a un profesional de la corrección y que le dé el último “centrifugado”.

Ya la tenemos impoluta ¿Qué hacer ahora? Yo hice varias copias en papel y se lo di a leer a varias personas de mi confianza. A este paso yo le llamo “el banco de pruebas”. Una novela no tiene sentido si no tiene lectores. Remedando a Pirandello,  en mi caso, era una novela en busca de lectores. Pero  deben tener criterio, que sean capaces de decirte, esto es una porquería o me he aburrido. No vale dárselo a leer a tu abuela, sabiendo que tú eres la niña de sus ojos. No. Hay que buscar sinceridad en la persona que va a leerla y que sea un ávido lector.  Luego escuchar su crítica y ser lo suficientemente humildes aceptando los comentarios. Es la única manera de mejorar.

Bueno, ya está pasado el “test de esfuerzo”. El siguiente escalón es ir directamente a presentarla al Registro de la Propiedad Intelectual. Previamente y teniendo un mínimo de sentido común, buscar un título que no esté registrado. Google ayuda mucho en esta tarea.

Gran Soufflé fue Gran Soufflé casi al final. No sabía como titularlo. En el borrador del ordenador lo tenía guardado como una novela .A secas. Así de soso.  El título llegó porque imaginaba la trama como un pastel que se desbordaba, como un soufflé enorme.  Pero esto es nimio. Cada escritor es un mundo y algunos no pueden escribir una línea si no han puesto el título primero.

Ya presentado en el Registro, ya se puede mercadear con la obra. No nos engañemos y seamos sinceros: un escritor aspira a ver su obra publicada y que termine dándole réditos. Ser escritor es una profesión más y la gente profesional cobra por su trabajo.

Me hice un listado de agentes literarios y otro listado de editoriales. Preparé un dossier de la obra que incluía una biografía mía, una sinopsis de la novela, el primer capítulo y un pequeño comentario sobre a qué público la veía yo destinada, comparándola con lo que había en el mercado.

2011 fue un año de enviar a todo el mundillo este dossier. Agentes literarios, editoriales. Llamar y llamar a puertas. A finales de este año tras mucho mutismo o negativas tomé una decisión: autopublicármela.

Aquí entró otro factor que se debe tener en cuenta si uno elige esta opción. Tener alma empresarial.

Me hice un plan de empresa. Calculé costes comparando las ofertas de editoriales e imprentas, estudié  el radio de acción por donde podía moverme y comercializarla y por supuesto, escuché muy atentamente las experiencias de otros compañeros.

A finales de 2011 me decidí por una pequeña editorial, Círculo Rojo que me ofrecía los servicios básicos: maquetación, diseño de portada y una pequeña labor de promoción. Muy pequeña. Sabía y era consciente que TODO iba a depender de mi trabajo. Distribuir, facturar, presentar y convencer a los libreros. Resumiendo, cazar a lazo a los lectores. Y demostrar que era una novela por la que se podía apostar.

En diciembre de 2011 llegaron a mi casa catorce cajas con los quinientos ejemplares impresos. Comenzaba otra aventura que os contaré en el último post.

La autora del post

Foto LolaNace en 1963 en Valencia, ciudad donde reside. Estudia Ingeniería Técnica Agrícola, colaborando desde la época de la Universidad, en el periódico AGORA, que se publica en la Universidad Politécnica de Valencia.

Tras años de ejercer la profesión técnica, decide retomar su afición por la literatura desde hace cuatro años.

Anteriormente, publica varios artículos técnicos en la revista TERRALIA, donde colabora esporádicamente.

Desde el 2005 escribe regularmente cuentos y relatos cortos. Algunos de ellos han recibido menciones: como la selección del microrrelato SIN BILLETE en el II Premio Algazara de microrrelatos y su inclusión en el libro recopilatorio, ser finalista del I Premio Hebe Plumier de Relato Corto por MONTE DE PIEDAD, la selección del relato corto SALIDAS LABORALES EN TIEMPOS DE CRISIS emitido en el programa La Rosa de los Vientos de ONDA CERO en  febrero de 2009,  o la selección de cuento infantil, RECOLECTORES DE ESTRELLAS que se ha incluido en el libro que edita la ong INFANCIA SOLIDARIA, con el fin de recaudar fondos para proyectos solidarios. También finalista durante varias semanas del concurso cuenta 140 de microrrelatos que promociona el periódico EL MUNDO.

Acaba de publicar  la novela GRAN SOUFLÉ, con la que está cosechando gran éxito entre los lectores y la crítica.