Me tocó un trocito del Gordo

Lola Piera

Terminé mi segundo artículo contando cómo recibí los quinientos ejemplares de Gran Soufflé en mi domicilio el día del sorteo de Navidad. Por así decirlo, me tocó un trocito del Gordo tal y cómo fueron sucediéndose las cosas después.

Si tuviera que calificar 2012 con dos palabras estas serían emocionante y agradecimiento.Pero vayamos al principio.

Ser una autora de autoedición te obliga a multiplicarte en varias personas a la vez: autora, por supuesto, pero además, comercial, relacciones públicas, gerente, contable y mozo de carga.

Tenía claro que si quería que la novela llegara a los lectores tenía que trabajar muy duro.

La prioridad principal era encontrar librerías que quisieran distribuir la novela y acogerla en sus estantes.

La negativa de las grandes cadenas no me amilanó, pues desde un principio tenía claro que la palabra NO  era la que más iba a escuchar en los próximos meses.

Era consciente que en España se publican unos setenta mil títulos al año. Que una parte de estos tengan una mínima repercusión es harto difícil y yo me  sentía como un espermatozoide nadando sin pausa para alcanzar el óvulo prometido.

Las librerías pequeñas fueron el mejor refugio para una autora desconocida y autoeditada. Para mi ha sido una experiencia muy enriquecedora haber conocido a parte de los libreros de mi ciudad.

Nuria, la propietaria de la librería  SHALAKABULA fue la primera en tenderme la mano. En su local fue donde Gran Soufflé se puso de largo. La primera vez no se olvida de forma fácil. Como casi todo en esta vida.

Luego llegaron Lola y Almudena, y mi novela se acomodaron en sus librerías, GAIA Y RAMÓN LLUCH. También Nacho y Agustín le abrieron las puertas de EL CRESOL y agradecerle a Pepe de SOMNIS EN PAPER y a Eugeni de ODISSEU, que también me apoyaron en los comienzos. Luego vinieron algunas librerías más, pero cito a estas porque son con quienes más trato he tenido y en representación de todo el gremio.

Desde aquí, mi agradecimiento a todos ellos.

Un escritor debería conocer a los libreros pues estos son los que, tras el mostrador de sus locales recomiendan o no tu obra a los lectores. Son la correa de transmisión entre el autor y el lector.

Por esas fechas recibí un correo electrónico contradictorio de un agente editorial. En él decía que, debido a la crisis económica generalizada su agencia no podía representar a más escritores. Pero que si la coyuntura hubiese sido otra, prosiguió, no hubiera tenido que elegir la opción de la autoedición. Saqué una lectura positiva a pesar de todo: se habían molestado en leer el manuscrito y dejaban traslucir en su comentario  que les había gustado.

Me sirvió de acicate para seguir.

Otro sueño también se hizo realidad y fue el de participar en la Feria del Libro de Valencia, gracias a la afabilidad de mis tres libreras que me cedieron una parte de su stand para que firmara ejemplares. Fue realmente emocionante.

Cuando no se tiene ni agente ni jefe de prensa, eres tú misma la que tiene que buscar los medios para promocionar tu novela. Me reservé una cierta cantidad de ejemplares para hacerlos llegar a las diferentes redacciones de los periódicos y emisoras de radio de mi ciudad. Fui osada con esta decisión pero no me arrepiento. Ni qué decir que hubo de todo. Desde la negativa más rotunda, pasando por la ignorancia callada y por la aceptación. Intervine en algunos medios escritos y de radio nacionales dentro de la programación local. Cualquier promoción era bienvenida, por pequeña que fuese. Si la Hoja Parroquial me hubiera propuesto una entrevista, le hubiese dicho que si. El objetivo era conseguir llegar al lector.

La última pata de este banco fue el asomar Gran Soufflé a Internet y a las redes sociales. Facebook fue un medio muy efectivo para que la novela fuera conocida. Dos de los grupos de lectura, CON UN LIBRO ENTRE LAS MANOS  y  ALGO MÁS QUE LECTURAS me invitaron a que un ejemplar de mi novela recorriera todo el país siendo leída por sus componentes, gracias a la iniciativa del libro viajero, que el primero puso en marcha. Pronto empezaron a llegar comentarios de los jueces más  inapelables: los lectores.

Recibir las opiniones de desconocidos, diciéndote que han pasado un muy buen rato con tu historia es algo que no tiene precio.

El efecto boca a boca empezó a funcionar. Quizá este último punto haya sido el más gratificante, pues antes de escribir, una ha sido una ávida lectora desde los tres años y más de una vez, al terminar alguna novela, me hubiese gustado decirle al autor lo agradecida que me sentía porque la hubiera escrito. Junto a los comentarios recibidos, algunos de los lectores han sido tan amables de enviarme alguna foto muy pintoresca y divertida con el libro  y que guardo con mucho cariño y como un gratísimo recuerdo.

Mi entorno , ni que decir que me apoyó. Algunos de mis amigos y familiares  se prestaron como cobayas mientras Gran Soufflé nacía e iban leyendo a medida que terminaba los capítulos. Sin su aliento jamás hubiera dado el paso de sacarlo a la luz.

Otra de las cosas que Gran Soufflé me ha permitido ha sido el conocer a otros escritores. Para mí ha sido muy enriquecedor aprender de sus experiencias y con algunos de ellos, incluso se han trenzado lazos de amistad. Me siento muy contenta por ello.

Algunos de estos me han invitado a participar en algunas iniciativas que han encabezado, como es el caso de Ezequiel, colaborando en su blog o de Bel Carrasco,  en su periódico EL MUNDO. Otros han sacado reseñas en los medios en los que escriben, caso de Bárbara Fernandez o Yanet Acosta.

Mientras esto sucedía, yo seguía enviando ejemplares a diferentes editoriales, grandes y pequeñas. Era consciente que el recorrido comercial de mi novela era finito y tenía que encontrar una editorial que apostase por la obra y que tuviera la capacidad de distribuirla por todo el país. Afortunadamente mi amiga Anne Smith le habló de mi a su editor, Gonzalo Sichar, director de Editorial Sepha.

Le envié un ejemplar de esta y le gustó. Así que durante este mes de abril de 2013, la segunda edición de Gran Soufflé ya estará en la calle, con una red de distribución firme, para toda España y para América. La segunda edición está revisada y mejorada. Consta de un prólogo de lujo, merced a la estupenda escritora y periodista Yanet Acosta y con una portada muy divertida y elegante, que da datos al futuro lector de lo que va a encontrar en sus páginas.

Hasta aquí mi periplo como autora novel. Cuando comencé esta aventura en el 2010  poco podía preveer lo mucho conseguido hasta el día de hoy.

Para mi, la experiencia de autoeditarme puede ser considerada como un éxito. Y digo éxito porque he culminado más objetivos de los que en un principio tenía. He trabajado mucho pero ha valido la pena.

Conseguí agotar la primera edición, recuperando la inversión realizada. Conseguí darme a conocer y que una joven y emprendedora editorial se haya fijado en mi. Es posible que Gran Soufflé se convierta en un guión cinematográfico en un futuro a medio plazo (esto es una primicia)  y este año saldrá a la venta mi primer cuento para niños ( esto es otra primicia) con unas magníficas ilustraciones de Estrella Fagues. Pero todo a su tiempo y ya iré dando datos a medida que sucedan las cosas. Colaboro regularmente con una pequeña radio que emite desde internet, La Universal Radio, que saca al aire mis artículos – divertimentos con los que me lo paso de miedo. Y algunos medios escritos me han pedido que colabore con ellos.

¿Los planes de futuro? Seguir trabajando. Conseguir acabar mi segunda novela la cual está avanzada pero a la que le queda mucho aún para ser considerada como eso. Dicen que la segunda novela es la que más cuesta. Y sobre todo, conseguir vivir de esta locura que es el enfrentarse a un folio en blanco y vomitar en él las historias que pasan y se acomodan en mi imaginación. Dificil objetivo, pero no inalcanzable.

La autora del post

Foto LolaNace en 1963 en Valencia, ciudad donde reside. Estudia Ingeniería Técnica Agrícola, colaborando desde la época de la Universidad, en el periódico AGORA, que se publica en la Universidad Politécnica de Valencia.

Tras años de ejercer la profesión técnica, decide retomar su afición por la literatura desde hace cuatro años.

Anteriormente, publica varios artículos técnicos en la revista TERRALIA, donde colabora esporádicamente.

Desde el 2005 escribe regularmente cuentos y relatos cortos. Algunos de ellos han recibido menciones: como la selección del microrrelato SIN BILLETE en el II Premio Algazara de microrrelatos y su inclusión en el libro recopilatorio, ser finalista del I Premio Hebe Plumier de Relato Corto por MONTE DE PIEDAD, la selección del relato corto SALIDAS LABORALES EN TIEMPOS DE CRISIS emitido en el programa La Rosa de los Vientos de ONDA CERO en  febrero de 2009,  o la selección de cuento infantil, RECOLECTORES DE ESTRELLAS que se ha incluido en el libro que edita la ong INFANCIA SOLIDARIA, con el fin de recaudar fondos para proyectos solidarios. También finalista durante varias semanas del concurso cuenta 140 de microrrelatos que promociona el periódico EL MUNDO.

Acaba de publicar  la novela GRAN SOUFLÉ, con la que está cosechando gran éxito entre los lectores y la crítica.