Con un final se puede empezar a escribir una historia

Lola Piera

Cuando Ezequiel me invitó a colaborar en su blog le pregunté sobre qué tema le apetecía que escribiese. Me lo dejó a mi libre elección así que nada mejor que contar mi experiencia como novelista novel.

Gran Soufflé nació por una casualidad. Yo no tenía previsto escribir una novela con tintes policiacos y humorísticos. Simplemente pensé que allí había una buena historia y que merecía la pena indagar en ella. Tanto indagué que me atrapó.

Pero desde que en mi cerebro se encendió la lucecita hasta que escribí en un folio la palabra FIN pasaron varios años.

Cuando escribo una historia siempre tengo que tener claro el final. Para mí es importante saber que esta llegará a un final certero y claro. Otra cosa es que los personajes hagan de su capa un sayo pero esa es otra cuestión a tratar.

Sabiendo cómo quería que acabase, pues la imagen de la escena final repiqueteaba en mi cerebro, me lancé a escribir el conocido CAPITULO I.

El esqueleto de la novela la tenía ciertamente perfilada pero sólo tenía eso, una trama difuminada.  A partir de este hecho, fueron apareciendo personajes y tramas secundarias que se fundían con la principal. Más tarde fue el trabajo de crear los personajes. Mi novela es coral. Todos los personajes tienen un protagonismo equidistante en cada fase de esta. No solo fue crearlos, también el trabajo consistió en darles una personalidad concreta y propia. Y que hicieran cosas mientras hablaban. Los personajes son “seres vivos” que respiran dentro de la página en blanco.

Importante fue la labor de documentación pues toda la acción se desarrolla en un restaurante de lujo y yo no vengo del mundo de la gastronomía. Si que puedo decir que el tiempo destinado a escribir una página se multiplicó por dos a la hora de leer información para documentarme.

Pero lo principal de toda esta aventura fue lo que me divertí mientras lo escribía. Esa es la clave a mi humilde entender: divertirse mientras se escribe. Disfrutar del hecho de contar una historia.

Yo me lo pasé muy bien cuando lo hice pero no sería sincera que acabé muy cansada cuando la terminé. Y particularmente en mi caso, era un reto personal acabar lo empezado. El día que escribí FIN me sentí especialmente bien.

A medida que iba escribiendo capítulos los iba enviando a varias personas de mi confianza. Los amigos y familia me sirvieron como banco de pruebas para ver si lo que iba escribiendo tenía calidad, ver fallos que una no ve y recopilar alguna propuesta e indicación que hice mía y que añadí al texto enriqueciéndolo.

En enero de 2010 lo acabé y luego vino la farragosa tarea de corregir y corregir. Quitar y poner. Revisar cien veces y al final, tras sabértelo casi de memoria decir, así se queda. Y ves tu manuscrito acabado. Ese momento es especial. Al menos para mi lo fue.

El trabajo de varios años recogido en trescientas hojas mecanografiadas.

Y después de esto viene una segunda fase, preguntarse ¿y ahora que? Pero esto será argumento para el siguiente post.

La autora del post

Foto LolaNace en 1963 en Valencia, ciudad donde reside. Estudia Ingeniería Técnica Agrícola, colaborando desde la época de la Universidad, en el periódico AGORA, que se publica en la Universidad Politécnica de Valencia.

Tras años de ejercer la profesión técnica, decide retomar su afición por la literatura desde hace cuatro años.

Anteriormente, publica varios artículos técnicos en la revista TERRALIA, donde colabora esporádicamente.

Desde el 2005 escribe regularmente cuentos y relatos cortos. Algunos de ellos han recibido menciones: como la selección del microrrelato SIN BILLETE en el II Premio Algazara de microrrelatos y su inclusión en el libro recopilatorio, ser finalista del I Premio Hebe Plumier de Relato Corto por MONTE DE PIEDAD, la selección del relato corto SALIDAS LABORALES EN TIEMPOS DE CRISIS emitido en el programa La Rosa de los Vientos de ONDA CERO en  febrero de 2009,  o la selección de cuento infantil, RECOLECTORES DE ESTRELLAS que se ha incluido en el libro que edita la ong INFANCIA SOLIDARIA, con el fin de recaudar fondos para proyectos solidarios. También finalista durante varias semanas del concurso cuenta 140 de microrrelatos que promociona el periódico EL MUNDO.

Acaba de publicar  la novela GRAN SOUFLÉ, con la que está cosechando gran éxito entre los lectores y la crítica.