Diario de un cuarentañero en Irlanda. Segunda parte.

Como era de esperar, el asunto coche de alquiler nos llevó buena parte de la mañana dublinesa. Que me perdonen las agencias de alquiler, pero tened cuidado con lo que os ofrecen por internet, porque en la mayor parte de Seguir leyendo

Diario de un cuarentañero en Irlanda, primera parte

Alguien me dijo en una ocasión que ella no se sentía una cuarentona, sino una cuarentañera. Y yo estoy completamente de acuerdo. ¿Por qué a los veinte somos veinteañeros y a los treinta treintañeros, pero al cumplir los cuarenta se nos llama cuarentones? Me niego. Debemos acuñar dos Seguir leyendo

Aventuras de Dama y Bruna en la ciudad de Barcelona

Hoy fui a recoger a mis pequeñas gatitas, DAMA y BRUNA. Son un tesoro. Las encontré en el sofá de su anterior dueña, durmiendo juntas, abrazadas la una a la otra. Una imagen tierna. Como dos hermanas de cualquier especie, se Seguir leyendo

Como venga padre

Rojo, rojeras, apestado, comunista, pelón. Una lágrima serpenteó por la mejilla dolorida, y García corrió pronto a limpiarla con un gesto seco. No le iban a ver llorar. Padre no lo hacía. Ni cuando salió de aquel sitio feo y gris y lo vio por primera vez en su vida. Era un señor famélico perdido en una chaqueta pelada y hambre en las mejillas y en los ojos. Le dio miedo cuando lo cogió con sus brazos huesudos. Creía que no aguantaría su peso. García apretó los puños. No lloraría. Padre le había dicho que ser hombre era eso: no llorar. Aunque le partan a uno la cara. Seguir leyendo